Nada que ver con el cielo de Madrid. Y nada que ver con las hojas que ya están pidiendo sus colores mientras siguen observando atentamente su cielo. Y bien el otoño viene y va, todavía nos hace esperar. Lo ansío ya, lo necesito de verdad. Los pasos sobrepisados de un verano largo y pesado se van borrando, poco a poco, regalándoles el calor a mis hombros quitándome así todo el peso de encima. Soy libre para volar, o si no para volar entonces por lo menos para disfrutar de la felicidad de esos nuevos y pequeños movimientos de la nueva estación.
Este blog es un primer paso entre los muchos que pisan esas aceras, mientras ellas juegan a contener nuestras huellas, dándonos o quitándonos efímeras alas. ¡Que caigan ya las primeras hojas encima de mi cabeza bañando así en color mi pelo clarito y rubio!
El otoño cae ya desde el cielo, buscándonos uno a uno en esta gran ciudad. Pero ya sabéis, todo esto no tiene nada que ver con el espectacular cielo de Madrid...
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