lunes

Domingos de otoño


Ayer paseaba en la calle Serrano y vi que cada vez más comercios abrían el domingo. Vengo de un país donde se puede comprar en los supermercados de lunes a domingo las 24 horas. Me extrañaba mucho al principio que esto no era así en España. Pero me acostumbré y ahora no sé que pensar de la novedad “domingo abrimos”. No quiero entrar en pros y en contras solamente me pareció interesante mencionarlo en mi blog. Y también me inspiró para reflexionar. Esta es mi versión  literaria de un domingo otoñal:




Voy perdiendo el tiempo entre el aire fresco y el cálido. A veces llevo rascacielos debajo de mi abrigo y me dificultan el caminar. Las horas me frenan, me adelantan o incluso corren detrás de mí. Domingos de ida y vuelta, envueltos en el tiempo me tientan con los viejos sabores conocidos de la felicidad. Voy perdiendo el tiempo entre la ida y la vuelta. Es domingo. Hasta los rascacielos me acarician y por unos instantes me regalan un hogar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario