jueves

La única caricia


Un frío enorme se desliza en el suelo de mármol. Me siento atrapada. Unas caricias chocan lentamente contra mis brazos mientras huyo. Huyo porque a veces no pensar es la única caricia. El frío hiere mi garganta, la hace más grande, casi gigante mientras el aire se hace más pequeño, burlándose así de mis ganas de respirar.  La pared se acerca a mí, la veo como una espada o quizás es una manta viéndola de otro ángulo. Unas manos chocan contra mis brazos pero no insisten en quedar. Ni yo quiero que se queden. Es tarde para invitaciones. Es tarde para tener las manos atadas. Simplemente es tarde. Me siento atrapada, perdida entre las capas de un mismo silencio. Solo la pared tose de vez en cuando buscando un ligero alivio después de respirar. Suelo de mármol, tierra de nadie. A veces no moverse es la única caricia. Y el silencio su única forma de amar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario